Las ONG necesitan reservas para afrontar adversidades.
Una asociación sin ánimo de lucro no reparte los beneficios entre accionistas, pero sí tiene gastos y responsabilidades todos los meses
para continuar con su misión social, como cualquier otra organización
(suministros de electricidad, calefacción, internet, cocina facturas de proveedores, mantenimiento y reparación de averías, etc.).
Asimismo, esos medios también se reinvierten en proyectos para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad.
Hay clientes que pagan muy tarde y necesitamos ahorros, por ejemplo,
para garantizar el ingreso de nóminas a los profesionales que apoyan a las personas, generando un equipo estable.
Las diferentes crisis sanitarias, socioeconómicas o energéticas vividas a lo largo de los años
demuestran que ninguna organización debe vivir "al día" ni al límite,
pues a veces aparecen imprevistos con los que nadie cuenta.
Una entidad sólida asegura las posibilidades de sobrevivir en tiempos difíciles,
cuando precisamente hace falta más ayuda,
y así lo hemos demostrado.
Gestionamos los recursos de Círvite con la misma prudencia que cualquier familia aplicaría en su casa.
Por ejemplo, la creación de la primera Reshogar con certificado alemán de eficiencia energética Passivhaus
o la inversión en placas fotovoltaicas
son medidas de sostenibilidad para reducir el consumo,
teniendo cierto margen para más platos de comida casera
o mayores ratios de personal.
Apostamos por un modelo de Servicios Sociales sostenible a largo plazo,
respetuoso con las personas y con el medioambiente.
Si hay dinero,
"es porque nadie se lo lleva".
